sábado, 10 de noviembre de 2007
Tres meses después
sábado, 15 de septiembre de 2007
lunes, 3 de septiembre de 2007
Desde la avioneta
antes de desaparecer
en un cielo alto de plomo
que yo alcancé a ver.
Mientras se hacía de noche
apareció la pista del Trompillo.
Tomó tierra la avioneta
y cada árbol florecido
visto desde el vuelo
fue ya recuerdo aéreo.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Alojarse en el hotel de sal
Alojarse en el hotel de sal,
entre paredes blancas…
A esta altura no hay arboledas:
las puertas son de porosa madera,
el corazón de los cactus gigantes
que por aquí proliferan.
Camas, mesas y sillas
tienen sabor de vida.
Son los muebles de sal
y de piedra la chimenea,
impresiona tanta materia fría
hasta que el fuego y la cena
todo el interior caldea.
Y fuera,
la noche limpia plagada de estrellas
sobre el Salar refleja una luz nueva.
viernes, 31 de agosto de 2007
Es ya historia
cuando las mañanas demandan más cargado el café
para despejar la mirada y observar
que de nuevo no hay nada nuevo que mirar.
Todo es paisaje conocido.
El registro ha hecho ya acopio de cada saber,
las luces son reflejos en los espejos
todo lo repetido destaca y se hace ver,
los papeles se llenan de cuadros negros
que ordenan el devenir
y lo encierran en relojes nacidos sin porvenir.
Los llaman horarios
y sirven para fingir
que el tiempo se gestiona.
Es ya historia
la discusión acalorada
sobre si eso que escupe el suelo
es un geyser o es fumarola.
Es ya historia
la observación improvisada
sobre si eso que vemos en el cielo
es o no la vía lactea y si se ve desde este hemisferio.
Es ya historia
la sorpresa con repentina parada
para contemplar una vizcacha
que encuriosida nos contempla.
Es ya historia
ver como revientan
los rotuladores de punta fina
y lo ensucian todo de tinta.
Es ya historia ...
jueves, 30 de agosto de 2007
Un pez maltratado por la fama llamado piraña
Un baño termal en Sajama
Ni balnearios ni Spam,
sólo un baño termal
bajo el sol invernal
de un mediodía sagrado
mirando la cumbre del Nevado.
Aguas humeantes que salen de la montaña,
a una temperatura para nadar en calma
entre rastrojos, regueros y alpacas,
esos animales que no se sorprenden de nada.
Y afirma la señora guardiana
que ese agua caliente corriente
es muy sana
para curar toda clase
de dolencia malsana.
miércoles, 29 de agosto de 2007
martes, 28 de agosto de 2007
Al volver
|
Flotel
río Mamoré
Oriente boliviano
I
Tiempo ilimitado
vacío de obligaciones
lleno de armonía
entre el viento del sur
y el ruido del motor.
Barco varado
a ritmo de generador.
Huele a agua dulce,
a olas ligeras,
a luz matinal,
a cielo entelado,
a sol invernal.
II
La lancha de noche
sale a todo gas
para buscar los ojos
en plena oscuridad.
Esa morada visual
cegada por un foco
que pertenece al caimán.
Calima nocturna,
cielo y bruma
estrellas ligeras
y un arco de luna.
Saltan los peces,
entran en la barca,
suicidio y muerte.
III
Selva ligera
poblada y humana.
Casas de fibra vegetal,
paredes de caña
tejados de palma
atrapadas por el agua
el último temporal.
Y cada comunidad
de este mundo fluvial
quedó sin cosechas.
La escasez
crece a merced
de la pobreza
que atrapa a los pueblos.
IV
Al norte va la corriente
para desembocar en el Amazonas,
que este río es su afluente.
Aguas de lodo y sol.
V
Crucero fluvial
de tiempo incierto,
aislamiento querido
y ambiente novelesco.
Todo flora,
todo fauna,
buscar en cubierta
un lugar para estar
a resguardo del viento.
Brisa de agua dulce
y el vaivén del mirar.
VI
Chispas de luz
flotan en la superficie
del agua que fluye.
VII
Llegó hoy la hora
de la navegación,
ritual esporádico
que obliga a la tripulación
a efectuar maniobras.
VIII
Suelta el grumete
tras equilibrios circenses
el cabo de amarre
y en tiempo latente
viramos al Norte.
A estribor, playa de arena volátil.
A babor, masa arbórea móvil.
IX
Bufeo rosado y plata,
lomo y aleta
se adivina en el agua.
X
La actividad es imparable a bordo:
buscar el sol,
evitar el viento,
abrigarse, mirar,
leer, hablar, pensar,
andar arriba y abajo,
esperar,
contemplar el cielo.
XI
Altos árboles de tronco limpio y blanco,
hojas en abanico
donde habita el perezoso a tiempo completo.
XII
Garzas, cormoranes,
aves en todas direcciones.
Tortugas y bufeos.
Algún yacaré a lo lejos.
XIII
Vira el barco
hacia el centro de la corriente
huye ahora de las orillas.
Avanza lento
empujado por el motor y el viento.
XIV
Anclado junto a un talud
de hierba entre el barrizal
con troncos caídos al azar
permanece flotante el Flotel
y amanece lentamente
con calma, sin viento.
Sólo el tráfico escaso
de alguna barcaza
imprime relativa agitación
al provocar oleaje levemente sonoro
en un ambiente hecho de luz
y una extrema quietud.
XV
Paseos por los aledaños
entre vegetación,
andar bajo un bosque de cacao
pisando hojas secas
a modo de colchón…
Caminar hasta una laguna,
aguas del río
que un día un meandro
en la tierra atrapó.
Ver el rastro del jaguar.
Oír el rugir
de cerdos salvajes que rondan el lugar.
XVI
Ratos para leer,
momentos para solaz.
Huir del remanso de paz
y volar, volar, viajar.
XVII
Pasarela inestable
entre el barco y la ribera
bailando en el aire.
Oscila, oscila.
¡Hay que cruzar!
XVIII
Fluye el agua.
Sólo mirar es la actividad.
XIX
Largas esperas
sobre cubierta.
Cortas son las horas
para que sucedan cosas.
XX
Se van a caballo,
se van por el llano.
A ver el espacio
al paso, despacio.
XXI
En un remanso
entre troncos y ramas
comen res las pirañas.
Sedal, anzuelo y carnaza
para practicar la pesca
a base de traza.
¡Plata y naranja
ya vuela agonizante
mi piraña elegante!
XXII
Buena distribución
del espacio interior.
Camarote mullido
con vistas a un exterior
de panorama exquisito.
XXIII
Martín pescador
que luce contorno en el cañizal;
silueta y color de equilibrio
entre plomo azulado
y un toque blanco.
Inmóvil mira con su pico
las aguas del río.
XXIV
A cada curva de la corriente
hay un festival
de aves variadas
entre el río, la tierra
y este cielo invernal.
XV
Río arriba,
río abajo
es el viaje a ninguna parte.
Sin más destino
que ver el paisaje
y escenas al paso.
Se oculta el sol entre las cañas
y anuncia una noche larga:
la última de esta etapa.
Se detiene el tiempo,
se manifiesta el delfín,
hay pausas en las palabras
y el color tiende al fin.
XXVI
Media luna nos despide,
aparece puntual
cuando la tarde oscurece
todo el campo visual.
XXVII
Vuela el marabú
y nos agraden los mosquitos,
¡Ay!, ¡Hay qué ver, cuántos bichos!
XVIII
Ronronea el motor,
es evidente el suceso
al final del proceso.
A barco parado
funciona la luz
que ilumina la última cena.
XIX
Añoraremos tal vez
la vida en el Flotel
cuando pisemos asfalto.
XX
Trimate al final
del almuerzo y la cena,
infusión buena, buena
de coca, anís y manzanilla
a ritmo de cucharilla.
Sajama
Parque natural de Sajama
te acoge el paisaje,
te llaman los queñuas,
únicos árboles del mundo a cincomil,
chaparros, leñosos de troncos vivos
copas espesas y hojas estrechas…
El Nevado de nieves eternas
se vuelve cobrizo y brilla a la puesta de sol,
aparece luego el cielo forrado de azul
con todas las estrellas del sur
y un trozo de luna que mece su luz.